capítulo 2: Más allá de los números

Estudiar una carrera como Matemáticas implica enfrentarse a asignaturas exigentes como Álgebra Conmutativa, Análisis Matemático, Geometría Diferencial Local o Análisis de Datos Multivariantes. El nivel de abstracción puede ser alto, y el enfoque está principalmente en dominar las complejidades de esta disciplina. Sin embargo, al ingresar al Máster para ser profesor de Educación de Secundaria, el panorama cambia drásticamente. Uno se encuentra con asignaturas como Diseño Curricular, Atención a la Diversidad, Psicología o Sociología, que pueden parecer alejadas de lo estudiado previamente. La dinámica y la forma de trabajar también difieren notablemente.

Desde el primer día del Máster, en la presentación en el salón de actos, comprendes que los estudios ya no serán iguales. El nivel de exigencia sigue siendo alto, pero las demandas serán diferentes. Salir de la comodidad de tu escritorio y explorar nuevas formas de investigación se convertirá en una constante. En lugar de ser un mero receptor de conocimiento, estarás en la tarima desde el primer día. Las clases ya no serán magistrales; al contrario, la interacción y la participación activa serán la norma en cada sesión.

Tengo grabada en mi memoria la primera clase de Orientación Educativa, un día que cambió mi perspectiva como futuro profesor. Nuestra profesora nos sorprendió al sacar una bolsa con pequeños papeles, en los cuales se encontraban nombres conocidos. Nos pidió que, sin revelar nuestro papel, asumiéramos el papel de ese personaje para encontrar nuestra pareja. Este ejercicio nos llevó a soltar los bolígrafos, abandonar nuestros asientos y actuar en busca de nuestros compañeros que también estaban en personajes asignados.

Al recibir mi papel, leí con sorpresa: "Angelina Jolie". Los nervios se apoderaron de mí; la idea de actuar de forma peculiar para encontrar mi "Brad Pitt" me desconcertó. Después de tantos años dedicados al estudio de las Matemáticas, encontrarme en una situación tan inusual me hizo cuestionar la relevancia de este ejercicio. Sin embargo, no tenía otra opción que sumergirme en la actuación, convirtiéndome en una actriz oscarizada y sintiéndome tan poderosa como ella en una alfombra roja.

Finalmente, encontré a mi "Brad Pitt", una compañera desconocida, al igual que muchos otros en la clase. Fue entonces cuando nuestra profesora nos explicó la razón detrás de esa dinámica. La finalidad era que experimentáramos cómo se sienten los alumnos recién llegados a un grupo nuevo. Al liberarlos de sus inhibiciones y obligarlos a relacionarse, creamos lazos entre ellos y los ayudamos a conocerse mutuamente.

Esa explicación me abrió los ojos. Mi papel como profesor no sería solamente enseñar Matemáticas; también tendría que apoyar a mis alumnos en otros aspectos de sus vidas, para los cuales no estaba completamente preparado. Estas primeras sesiones me enseñaron que ser profesor implica más de lo que imaginaba, y el Máster se volvió esencial para mi desarrollo profesional.

Hoy, cuando reflexiono sobre aquellos primeros días del Máster de Profesor de Secundaria en la Universidad de Salamanca, agradezco profundamente el impacto que tuvieron en mí. Las dinámicas y experiencias vividas en aquellas clases me transformaron en el profesor que soy hoy en día. No puedo dejar de expresar mi gratitud a la USAL y a los profesores del Máster por enseñarnos tanto durante el curso. Fue un camino lleno de desafíos y aprendizajes, pero todo ello contribuyó a forjar mi vocación como educador, con el firme propósito de guiar a mis alumnos hacia un futuro exitoso y pleno en cada uno de sus caminos. La enseñanza es una labor trascendental que va más allá de impartir conocimientos, es formar a individuos íntegros y comprometidos con su desarrollo y con la sociedad.