Tuve el privilegio de participar en una de estas charlas educativas, donde abordamos el tema del colectivo LGTBI+ en educación. A raíz de mi participación, Ingrid me invitó a formar parte de un debate en esta segunda edición de la #EduJornada, centrado en la salud mental de los docentes, con especial énfasis en el colectivo LGTBI+ (Podéis acceder a esta charla en el siguiente enlace).

Por supuesto, no pude resistirme a la invitación de Ingrid, y me embarqué en la tarea de preparar una intervención que resultara estimulante y esclarecedora para los docentes asistentes a la #EduJornada. En mi presentación, recopilé una amplia gama de datos objetivos para poner de manifiesto cómo la salud mental afecta el desempeño profesional de los docentes del colectivo LGTBI+.

Quería destacar que, según datos de COGAM (2023) y FELGTBI+ (2022), el 18% de los docentes no han revelado su orientación sexual, el 67% percibe una escasa visibilidad de personas LGTBI+ en centros privados, y solo el 43% de los profesores LGTBI+ ha sentido apoyo en sus entornos educativos.

También discutí sobre las experiencias de odio que enfrentan los profesores gais (54%), lesbianas (28,6%) y bisexuales (16,6%). Además, compartí estadísticas preocupantes sobre la salud mental de los adolescentes LGTBI+, como la alta incidencia de depresión (57,7% frente el 28,8 de los adolescentes heterosexuales), ansiedad (54,4% frente al 30,6%), bullying (58,3% frente al 4,4%) y violencia escolar (22,2% frente al 10%).

Sin embargo, al subir al escenario del auditorio del CaixaForum y escuchar a mis distinguidos colegas (podéis acceder a la lista completa de ponentes en la web del evento) con los que tuve el honor de compartir escenario, me sentí obligado a cambiar mi enfoque. Opté por compartir una experiencia personal que no había hecho pública hasta entonces. Mi intervención se centró en mi experiencia como profesor del colectivo LGTBI+, enfrentándome al dilema de revelar mi orientación sexual en el trabajo y cómo esta decisión afecta no solo a mi vida profesional sino también a la comunidad educativa en su conjunto.

Fue un ejercicio de vulnerabilidad y liberación que me permitió conectar de manera genuina con la audiencia y poner de relieve la importancia de crear entornos educativos inclusivos y respetuosos. Exploré los miedos y las tensiones que acompañan a la decisión de salir del armario en el ámbito laboral, así como las repercusiones que esta elección puede tener en la dinámica de la comunidad educativa en su conjunto.

Además, deseo expresar mi más sincero agradecimiento a Ingrid por brindarme la oportunidad de compartir mi experiencia y dar voz a los docentes del colectivo LGTBI+. Su dedicación y compromiso con la creación de espacios inclusivos y seguros son verdaderamente inspiradores. También quiero reconocer el incansable trabajo de todo el equipo que respalda a Ingrid, quienes con su esfuerzo y profesionalismo lograron que este evento fuera un éxito. Su labor detrás de bastidores es fundamental para la realización de eventos tan significativos como este.

Además, no puedo dejar de mencionar el valioso aporte de mis colegas de la mesa de debate, quienes compartieron sus experiencias de manera abierta y sincera, contribuyendo así a enriquecer el diálogo sobre la salud mental en el ámbito educativo. Cada una de sus palabras resonó profundamente y dejó una huella imborrable en todos los presentes.

En conclusión, la segunda edición de la #EduJornada ha demostrado ser un evento indispensable para los docentes comprometidos con el bienestar de sus alumnos y la mejora de su práctica educativa. Además de ser una oportunidad de aprendizaje, este evento se ha convertido en un espacio de encuentro y apoyo mutuo, donde me he sentido parte de una gran familia educativa. Espero con entusiasmo participar en futuras ediciones y seguir aprendiendo de colegas tan inspiradores.