El pasado martes, 2 de diciembre, tuve la oportunidad de impartir una charla dirigida a los estudiantes del Máster Universitario en Profesor de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de Idiomas de la Universidad de Salamanca. Este encuentro fue un espacio para reflexionar y dialogar sobre la importancia de incluir la diversidad afectivo-sexual y de género en las aulas, especialmente en las etapas educativas de mayor impacto en el desarrollo personal y social de los estudiantes.
Desde el inicio, planteé una pregunta central que guió la charla: ¿Cómo podemos, como docentes, garantizar que nuestras aulas sean espacios seguros y respetuosos donde tod@s l@s estudiantes puedan desarrollarse plenamente? La respuesta radica en una educación que no solo transmita conocimientos, sino que también fomente valores como la empatía, el respeto y la igualdad.
Durante mi intervención, compartí experiencias personales y profesionales que ilustran cómo la visibilidad del colectivo LGTBI+ en los espacios educativos puede cambiar vidas. Desde pequeñas acciones, como utilizar un lenguaje inclusivo, hasta proyectos más amplios, como la integración de contenidos relacionados con la diversidad en las programaciones didácticas, los profesores tienen un rol clave como agentes de cambio.
Además, abordé algunas de las barreras más comunes a las que se enfrentan los docentes al tratar estos temas en el aula, como la falta de formación específica, el miedo a las críticas o la resistencia de algunos sectores. Frente a estas dificultades, les propuse herramientas prácticas y estrategias para superar obstáculos y, sobre todo, les animé a ser valientes. Hablar de diversidad afectivo-sexual no es adoctrinar, es educar en valores fundamentales para una convivencia democrática.
Un aspecto importante de la charla fue subrayar la conexión entre la educación inclusiva y la lucha contra el acoso escolar. Compartí datos preocupantes sobre el impacto de la LGTBIfobia en las aulas y expliqué cómo un entorno educativo inclusivo no solo reduce los casos de acoso, sino que también mejora el clima general del aula, favoreciendo el aprendizaje de tod@s l@s estudiantes.
La respuesta de los asistentes fue emocionante. Las preguntas, comentarios y reflexiones de los futuros profesores demostraron su interés genuino y su compromiso por ser profesionales que hagan la diferencia en sus aulas. Les animé a ver la diversidad como una oportunidad para enriquecer la enseñanza y a recordar que cada acción cuenta, por pequeña que parezca.
Quiero agradecer a José Sarrión por brindarme esta plataforma para compartir mi mensaje y a l@s estudiantes del Máster por su participación activa. Es un privilegio formar parte de estos encuentros, donde se forjan las bases de una educación que apuesta por la justicia social, la igualdad y el respeto hacia tod@s.
Esta experiencia reafirma mi convicción de que la educación es la herramienta más poderosa para construir un futuro más inclusivo y equitativo. Espero que este encuentro haya inspirado a l@s asistentes a seguir trabajando en sus aulas por un cambio positivo, y que pronto podamos ver los frutos de su esfuerzo en una sociedad donde la diversidad sea celebrada, no cuestionada.
Seguiremos abriendo espacios de reflexión y aprendizaje. ¡Gracias a tod@s por permitirme ser parte de este camino hacia una educación más inclusiva!